Hector Tapia fue un jugador importante para Colo Colo. Pasó gran parte de su niñez y adolescencia en el cuadro popular, jugador de la cantera que pintaba para crack. Nunca se pudo consolidar como tal pero si aportó para acrecentar los pergaminos del cuadro albo.
Estuvo también en los momentos más complicados del club (la quiebra) y como pocos saben, aportó desde su bolsillo a contener parte de las deudas de la institución. Tiempo después, luego de su retiro como futbolista, volvió como entrenador y obtuvo el tan anhelado título 30, se fue con polémica y volvió de igual manera por conflictos en la dirigencia. ( la guerra de poder en blanco y negro que está en pleno desarrollo). Renació la esperanza pero la realidad nos tiene al borde de quedarnos sin nada.
Su juego, el cual ha recibido muchas críticas (del cual soy parte) no es parte de este análisis. Tampoco es una defensa a su gestión, solo recordar que Tapia fue importante en parte de la historia del cacique y que el triste final que se avecina no lo merecía pero son los resultados los que mandan y el eterno campeón también merece más que esta triste realidad.
Por PATRICIO ESCOBAR.
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